Géneros periodísticos de opinión

Los géneros periodísticos de opinión, como manifestación crítica, valorativa e interpretativa de un suceso de actualidad, pueden adoptar distintas formas, entre las que se encuentran la siguientes:

1. SUBGÉNEROS PERIODÍSTICOS DE OPINIÓN

EL EDITORIAL

Escrito sin firma que refleja la opinión del medio periodístico (director, propietario, empresa editorial…) sobre el “suceso del día” o cualquier asunto. Casi siempre ocupa la misma posición dentro del periódico. Pertenece a la tipología textual de la exposición y argumentación. Se utiliza un lenguaje claro, preciso y elaborado.La estructura más general del editorial es una exposición de los hechos sobre los que se opina, una explicación, una crítica o justificación de los juicios emitidos, y, finalmente, una conclusión con la que se cierra el artículo editorial. Aunque la estructura no es fija, suele responder al siguiente esquema:

  • Titular: encabeza el editorial y resume los contenidos de forma clara y concreta.
  • Párrafo de comienzo. Exposición de hechos, utiliza fuentes y datos reales. Suele coincidir con el primer párrafo.
  • Cuerpo del editorial. Interpretación y valoración de la información. Introduce ya una visión subjetiva del hecho noticioso.
  • Conclusión: relaciona la información general con la postura ideológica definida, que representa la opinión del periódico. La postura ha de ser clara, pero también prudente. Para ellos, hay que dar argumentos y justificar las afirmaciones.

EL ARTÍCULO-COMENTARIO

se trata de un nsayo (género literario en el que se estudia un asunto, de un modo abierto, sin rigor ni exhaustividad en la demostración o justificación de una tesis. Se desarrolla de un modo asistemático, basándose en la interpretación personal del autor sobre cualquier tema. Su intención es plantear al lector diversas cuestiones por medio de la reflexión, sin aportar soluciones firmes sobre el asunto tratado. Lo importante en el ensayo es el punto de vista que el autor asume sobre el tema).

Entre sus características, destaca la brevedad, es subjetivo, en el que una persona más o menos conocida (de la cultura, la ciencia) opina sobre temas de actualidad, con frecuencia polémicos, lo que posibilita la aparición en un mismo periódico de diferentes artículos con puntos de vista opuestos sobre un mismo asunto.

LA COLUMNA

Es un comentario firmado sobre algún tema de actualidad que aparece siempre en el mismo lugar de un periódico, y ocupa el tamaño de una columna generalmente. Los columnistas suelen ser escritores o periodistas de prestigio que colaboran con regularidad en el periódico.

LAS CARTAS AL DIRECTOR

Las cartas al director constituyen una sección fija de los periódicos; en ella se publican cartas en las que los lectores expresan su opinión sobre diferentes temas. El lenguaje es coloquial y espontáneo. La mayoría de los periódicos contienen una sección que se denomina “Cartas al Director”. Sus características son las siguientes:

Propósito: las lectoras y los lectores del periódico comunican sus pensamientos y expresan sus quejas, peticiones, logros y esperanzas. Y, aunque se llame «Cartas al director» y a veces «Opinión de los lectores», quienes las escriben no se dirigen sólo a la dirección del periódico, sino a cualquier lector y también a colectivos e instituciones a las que no se tiene un acceso directo.

Contenido: los temas son variados: hechos de actualidad, reflexiones sobre cuestiones de la vida, pero también desacuerdos con alguna opinión, con el editorial, con algún un artículo de opinión, etc.

Estilo: aunque el estilo es formal, al escribir una carta al director podemos concedernos muchas licencias, utilizar el humor y la ironía y expresarnos como nos parezca para llegar mejor a la audiencia.

Estructura: las formas de organizar el contenido pueden ser muy variadas, aunque generalmente se pueden reconocer en ellas dos componentes:

  • Una exposición de hechos: puede tener una forma narrativa o puede ser una exposición argumentada.
  • Un comentario de los hechos expuestos: puede estar en una parte de la carta o recorrerla toda al mismo tiempo que se exponen los hechos.


2. EL ESTILO PERIODÍSTICO EN LOS GÉNEROS DE OPINIÓN

La opinión va más allá de la información; analiza, juzga y valora los hechos que la información transmite. El estilo de opinión es muy personal, si bien suele presentar una serie de características generales:

  • La subjetividad. El autor interpreta los sucesos a partir de una ideología o de un modo de pensamiento particular. La subjetividad propia de los textos argumentativos se manifiesta en numerosas ocasiones mediante elementos modalizadores que expresan el punto de vista del emisor, por ejemplo:

– Las modalidades oracionales, como la interrogación retórica. Con ella se implica al lector y se llama su atención, a la vez que se presenta el tema. La modalidad interrogativa permite, además, expresar una opinión o manifestar una posición determinada de manera muy expresiva.     

– La presencia del emisor y del receptor mediante el uso de la primera persona del plural, con lo que se consigue un efecto generalizador muy eficaz desde la perspectiva de la argumentación.

– El uso de un léxico valorativo, especialmente, de  adjetivos cargados la mayoría de connotaciones negativas o positivas que reflejan la opinión del autor y sin descartar, asimismo, los sustantivos de significación negativa o positiva.

– Empleo de  algunos  recursos  retóricos como, por ejemplo, metáforas,  que  aportan expresividad a las argumentaciones.La  actitud  subjetiva  es,  también,  evidente  en  el  uso  de  elementos  que  indican, expresamente, la opinión del autor, de forma clara.

Aun así, no podemos olvidar que un artículo editorial pretende mostrar objetividad  para lograr una mayor influencia en los lectores, y así se observa en el uso generalizado de la tercera persona, en el predominio de la modalidad enunciativa y en el hecho de reforzar las opiniones con datos y hechos.  El editorialista se dirige a un lector medio, no especializado, por lo que el lenguaje es culto y cuidado, con presencia de algunos cultismos.

  • La intención analítica.  El periodista, para el desarrollo de sus ideas utiliza, sobre todo, los recursos de repetición léxicos y semánticos, las construcciones oracionales subordinadas y los operadores oracionales que dejan entrever su actitud ante los acontecimientos (efectivamente, sin duda, tal vez, por supuesto). 
  • La presión ideológica. El autor de estos textos debe expresar frecuentemente lo que sus lectores esperan. Hay que tener en cuenta además, que todo periódico tiene una línea ideológica, la cual es compartida por la mayoría de sus colaboradores. 
Hasta aquí, los aspectos teóricos. Como ejercicio práctico, quiero que os convirtáis por un día en redactores y desarrolléis vuestra capacidad crítica, reflexiva e interpretéis unos hechos de actualidad para, posteriormente, realizar un artículo de opinión o una carta al director. Se trata, por tanto, de que consultéis la prensa diaria y elijáis una noticia o un reportaje y que plasméis vuestra opinión a través de uno de los subgéneros estudiados. 
 
Si, por un casual, os encontráis con problemas para elegir uno en concreto, aquí os propongo algunos:
 
Noticias:
 
 
 
Reportajes: 
 
 
 
 
Tenéis libertad para presentar el trabajo en formato word y dadle la forma de artículo periodístico mediante la tipografía utilizada, la distribución en columnas, etc.
 
 
Lectura de cartas al director de cierto interés educativo:
 

El valor de una moneda…

Es un artículo de opinión escrito para El gallo blanco, revista de difusión gratuita de la que, por cierto, soy su director (¿Por qué no decirlo?). Una tirada de 700 ejemplares para un pueblo de 4.000 hbitantes, aproximadamente, no está mal. Remarco un detalle: tirada y difusión gratuita. Muy pocos objetivos están fuera del alcance de uno cuando se trabaja desde la confianza en un proyecto. Aquí os presento mi artículo:

EL VALOR DE UNA MONEDA

Puede que no nos agachemos a por ella, puede que ni la esperemos en un cambio pero, hasta las de un céntimo, guardan valor. Y su valor no reside en una asignación económica, sino en el destino que deseemos darle. Os cuento una anécdota: Paseaba por la ciudad y decidí, de manera precipitada, comprar un euromillón. Me dirigí a la administración más cercana y…cerrada. Metí el dinero en el bolsillo, pero no duró mucho en él, pues a escasos metros, encontré a una persona con un cartón rotulado con la siguiente leyenda: algo para comer.

Decidí depositar aquellas monedas en una canastita, situada entre sus piernas, monedas destinadas a una quiniela, acción que hubiera conseguido tras una fría ejecución y un intercambio casi nulo de palabras y, si hubiera proferido algunas, mercantilistas. No me cabe duda.

Mientras yo dirigía mi mano hacia la canasta, aquel hombre fijaba su vista hacia mi cara, sin prestar la más mínima atención a lo que depositaba en su canastita; juntó las palmas de sus manos y exclamó: ¡Gracias!, ¡Gracias!, ¡Gracias!… Ahí residió el valor de mis monedas. Fue tal la sensación de aquella mirada y palabras que bendije la hora en que me encontré aquella administración cerrada.

Los hechos cotidianos hacen que restemos importancia a acciones cargadas de sensibilidad, sentimentalismo o bienestar personal, pues quedan todas ellas olvidadas, soslayadas o, incluso, no contempladas como existentes: ¿Habéis pensado alguna vez, por casualidad, que no todo el mundo puede disfrutar, ese mágico 6 de enero, de un regalo? Más aún, ¿comer un plato de comida (ya no digo un primer y un segundo plato) cada día? ¿Y tener ropa para cambiarse?

Acciones sociales no hay tantas como chalecos o pantalones: no asociemos el valor del dinero a una cantidad económica, sino al gesto que podáis extraer de él. Los secretos cobran importancia cuando tenemos alguien llamado amigo a quien contárselo; el cariño, cuando nos dejan mostrarlo.

¿Dinero? se va, viene, vuelve a irse…y sigue siendo el mismo: dinero. Con él se pueden adquirir muchas cosas. Casi todo. Pero nunca habrá suficiente para comprar un beso de una madre, un apretón de manos entre padre e hijo, la ropa planchada, esos centímetros de manta que de madrugada es subida hasta el cuello por alguien que entra en nuestra habitación para ver si dormimos bien, esa leche calentita, un trocito de bocadillo compartido por uno de nuestros mejores amigos, un termómetro puesto en la axila, esas horas delante de una olla para poder escuchar luego:-está buenísima-, una lágrima que cae ante una emoción fuerte… porque no hay dinero en el mundo que pueda comprar eso.

Imploro desde este artículo a que contribuyamos a una sociedad más solidaria y que hagamos, entre todos, un mundo menos injusto. Valoremos los detalles que creemos que pueden ser insignificantes por tenerlos a diario; Ayudemos a quienes creamos que lo necesiten sin esperar nada a cambio. El verdadero valor de la moneda es que no cuesta dinero ser buena persona. Intentémoslo, tenemos mucho que ganar, y poco que perder.

Rafael Rodríguez Olmo.

He de decir que no escribo para gustarle a nadie; sólo pretendo que me guste a mí. Si, además, mi manera de escribir (y/o pensar) coincide con quienes me leéis, mejor.

En breves horas escribiré una nueva entrada.

Un abrazo a todos.